Turismo rural y comunitario
Por Daniela Vallejo
El turismo y la aparición de una pandemia mundial
El año 2020 fue uno de los más grandes retos para todos, el cierre de fronteras a nivel mundial y el aislamiento social se hicieron presentes a causa de la aparición del COVID-19 y por consecuente el sector turístico entró en un estado de coma indefinido.
Con esta desafortunada situación surgieron desmedidos cambios económicos, incluso sociales, pues la paranoia de las personas ha causado que busquen estar fuera de contacto con otras personas y para viajar no ha sido a excepción.
El COVID-19 talvez llegó para darle un respiro al turismo, pues ha sobresalido el tema de la sostenibilidad y su importancia como forma de conservación del ambiente y desarrollo local, y que mejor que desde la construcción de un turismo rural y comunitario.
Una nueva forma perfecta para el turista del mañana que buscará realizar viajes cortos y de pocas distancias en ubicaciones locales, en ambientes naturales y fuera de aglomeraciones.
Foto: Mónica Torres/EL PAÍS
Irónicamente la Organización Mundial del Turismo ya tenía previsto al 2020 como el año del «Turismo y Desarrollo Rural» con el propósito de concientizar sobre la importancia de defender, proteger y desarrollar las zonas rurales y buscar el bienestar equilibrado en todos sus aspectos de sus poblaciones locales.
Esta coincidencia impulsó aún más a este tipo de turismo, ya que incluso se convirtió en tema de conversación en diferentes foros y charlas a nivel mundial, pero mucho más que eso también desde el inicio de la pandemia fue una de las principales preocupaciones para los emprendedores comunitarios de estos territorios, pues se verían sumamente afectados.
Mas sin embargo muchos países han tomado como reactivadores turístico a las comunidades y sus territorios, como es el caso de Ecuador, quien desde el Ministerio de Turismo lanzó la campaña «Te prometo Ecuador» con la que el Gobierno Nacional promueve la reactivación del turismo rural bajo el manejo de una Guía General de Bioseguridad.
Foto: Ministerio de Turismo
4 Comunidades interesantes en Ecuador que debes visitar
Este Centro de Turismo se encuentra ubicado en la parroquia de Misahualli, cantón Tena, en la provincia amazónica de Napo. Es un proyecto comunitario dirigido por mujeres que buscan aprovechar su territorio para brindar servicios y actividades turísticas a través de buenas prácticas ambientales y bajo la filosofía de un turismo sostenible. Su principal objetivo es darle al visitante una experiencia diferente en base a actividades que enseñen sobre responsabilidad social corporativa, gestión social-cultural y ambiental.
El bosque nublado de Yunguilla se encuentra ubicado en la parroquia de Calacalí, a tan solo una hora al noroccidente de Quito. Es una comunidad que ha sabido bien aprovechar su ubicación y sus recursos naturales para generar fuentes económicas alternas en base al desarrollo de actividades turísticas que apunten a la sostenibilidad y a un trabajo colaborativo con el fin de mejorar la calidad de vida de sus pobladores.
Se encuentra localizado en la antigua vía a Santo Domingo de los Tsáchilas, la primera vía que unía la Sierra y la Costa. Actualmente pertenece a la parroquia de Lloa, del cantón Quito, y otra mitad pertenece a la parroquia de Alluriquin, de la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas. Desde Quito se puede ingresar por Chillogallo.
Chiriboga desde hace 4 décadas fue un territorio explotado por sus propios habitantes, ya que vivían de la tala de árboles y la caza, que provocaba la destrucción de la diversidad de flora y fauna que cuenta el sector. Mas sin embargo unas cuantas familias han apostado por la actividad ganadera y al turismo rural comunitario. El Centro de Turismo Comunitario Ruta Chiriboga se ha encargado de resaltar la actividad de observación de aves que le ha dado mucho prestigio.
Foto: Centro de Turismo Comunitario Chiriboga
Foto: Centro de Turismo Comunitario Chiriboga
Está localizado en el Parque Nacional Machalilla, en la parroquia Machalilla, cantón Puerto López, de la provincia de Manabí. Está conformado por más de 88 familias que se han dedicado a la actividad turística.
Al sitio acuden anualmente más de 16.000 visitantes, tanto nacionales como extranjero, que llegan con la motivación de visitar su sitio arqueológico y museo de sitio donde se exponen restos de la cultura manteña, además de recorrer sus bosques seco y tropical, y disfrutar de un baño relajante en las aguas de su laguna de azufre.